Eliana Moreno, gerente de Innovación y Sostenibilidad de Unibag, nos contó cómo han sentado las bases de un modelo de negocio que los ha convertido en pioneros en materia de economía circular y cuyos productos hoy están presentes en distintos países de Latinoamérica.
"Queremos ser la mejor empresa para el planeta", es una frase que se encuentra en el corazón del propósito de Unibag.
Pero antes de ser la empresa que es hoy, todo empezó con una idea innovadora que se materializó en 2013.
"Yo soy argentina, mi marido es chileno, y cuando le empezamos a dar forma a este proyecto decidimos tener la fábrica aquí en Chile porque, en su minuto, no había fabricantes de bolsas reutilizables", señaló Eliana Moreno, cofundadora de Unibag y gerente de Innovación y Sostenibilidad.
Además, los avances del país en materia medioambiental y sustentabilidad significaban una oportunidad que no podían desaprovechar.
"Solo se comercializaban bolsas traídas de China, la calidad dejaba mucho que desear, no había variedad y eran pocas alternativas de diseños […] Sabíamos que este era un producto que, a medida que el país seguía avanzando en temas de sostenibilidad, tendría un auge mayor", afirmó Eliana en una conversación en la que nos detalló el camino recorrido por Unibag durante la última década y recalcó el importante rol que tiene el sector privado en la sociedad y en la reducción de brechas salariales.
El comienzo de Unibag, tal y como suele suceder con muchas empresas, no fue sencillo, pero confiaban en el potencial de sus productos y el impacto positivo que podían generar.
"Nuestros primeros clientes fueron del sector público y también hacíamos bolsas para empresas que las usaban para marketing o campañas de publicidad. Generalmente eran pedidos chicos y estuvimos casi tres años trabajando con pedidos de 2.000 o 5.000 bolsas, a veces 10.000 como máximo. Era todo cuesta arriba", confesó Eliana.
Sin embargo, el boom de las bolsas reutilizables coincidió con la entrada de Unibag al retail y algo que ella considera clave: la inclinación de empresas y personas hacia la reutilización.
"Las bolsas reutilizables ya no eran solamente una herramienta de marketing; el comercio se dio cuenta que tenía que hacer cambios en sus embalajes y bolsas, ofreciendo la alternativa a los clientes de comprar las reutilizables […] En ese momento, al ser la única fábrica de bolsas reutilizables local, el retail vio que era más rápido comprar en Unibag porque podíamos tener sus pedidos en 15 días con un desarrollo a su medida y personalizado", aseveró.
Desde entonces, Unibag ha vivido una serie de hitos en su trayectoria que se traducen en un éxito que los convierte en pioneros en su rubro: desde desarrollar un catálogo de productos y soluciones basadas en la sostenibilidad, hasta traspasar fronteras y afianzarse en países como Perú, México y, próximamente, Estados Unidos.
La consolidación del modelo de negocio a través de las empresas del retail marcó un antes y un después para Unibag y fue la puerta de entrada para explorar mercados internacionales.
"Fuimos creciendo en el mercado chileno y vimos que podíamos hacer bolsas de excelente calidad, aumentar la capacidad de producción y seguir especializándonos en procesos de fabricación y diseño. Era hora de dar el salto: Nuestros principales clientes también tenían sede en otros países, ¿por qué no atenderlos en esos lugares que se estaban volcando hacia la reutilización y la sostenibilidad?", expresó Eliana.
No obstante, en medio de ese proceso que los llevó a Perú, primero, y México, después, ocurrió la pandemia, un acontecimiento que fue un punto de inflexión para el mundo empresarial.
"Empezamos a notar una menor demanda, algo que ya estábamos viviendo desde el estallido social, pero sabíamos que teníamos la posibilidad de innovar y crear un producto nuevo. Aprovechando la capacidad de filtración de nuestras telas, y ante la escasez de mascarillas, empezamos a vender dicha tela para la fabricación casera de mascarillas. En un punto dijimos 'hagámoslo nosotros', es decir, readaptamos nuestras máquinas para responder rápidamente a esa demanda, teníamos el personal, el material y así desarrollamos mascarillas antibacteriales con todas las certificaciones y bajo nuestros estándares, o sea, un producto reutilizable y que se pudiera reciclar […] Fue un aprendizaje enorme esa época, aún en los momentos más adversos pudimos salir adelante con innovación y nos dio la oportunidad de conservar a todos nuestros trabajadores y contratar más gente", resaltó.
Desde el punto de vista de Eliana, el modelo de negocio de las empresas puede ser una herramienta potente para generar cambios y eso es algo que tienen presente en Unibag.
Es por ello que a lo largo de estos diez años siempre han buscado maneras de mejorar y generar un impacto positivo desde lo que hacen, una senda que los llevó a certificarse como Empresa B, a implementar un sistema que les permite operar con energía solar (reduciendo casi 250 toneladas anuales en emisiones de CO2) y comprometerse con la reducción de las brechas salariales al ser parte de Desafío 10X.
"Desafío 10X es una manera concreta de visibilizar la intención que tenemos todas las empresas de realmente ser más empáticos con los trabajadores […] Las personas muchas veces no tienen la mejor visión sobre los empresarios y 10X es una oportunidad para demostrar que se puede trabajar de una manera distinta", dijo la cofundadora de Unibag.
Asimismo, destacó que el principal recurso de las organizaciones no es la materia prima o las maquinarias, sino las personas que son parte del equipo de trabajo.
"Lograr nuestros objetivos depende de unir esa fuerza que tienen los trabajadores y Desafío 10X nos ofrece la posibilidad de contagiar a más empresas para que puedan hacer lo mismo. Por eso invitamos a más organizaciones para que sean parte de la iniciativa, porque Chile necesita ser un país con más oportunidades para todos", puntualizó.
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