Las cifras reveladas por el ente nacional se traducen en una nueva caída de los salarios reales que se extiende por decimoséptimo mes consecutivo.
El panorama económico mundial lleva un buen tiempo siendo noticia, en gran parte por un término con el que nos hemos familiarizado a medida que transcurren los meses: inflación.
Aunque lo más complejo de la crisis sanitaria y la pandemia va quedando atrás, seguimos arrastrando las consecuencias económicas del momento atípico y desafiante que vivimos durante los últimos tres años.
De hecho, hay organismos mundiales, como el Fondo Monetario Internacional, que resaltan la lenta desaceleración de la inflación y una recuperación económica que transita "un camino accidentado".
"La inflación es mucho más rígida de lo que se preveía incluso hace unos pocos meses", señalan al respecto, enfatizando que en su último reporte Perspectivas de la economía mundial se proyectaba una disminución de la inflación de 8,7% (2022) a 4,9% (2024).
Esta combinación de inflación y poco crecimiento económico, lo que los expertos denominan estanflación, es un escenario que se ha debatido un sinfín de veces en los últimos meses y cuyas consecuencias para las personas, sus salarios y el costo de la vida son de una gravedad considerable.
En ese sentido, el Instituto Nacional de Estadísticas dio a conocer la semana pasada las cifras del último Índice Real de Remuneraciones, un trabajo que mide la evolución de los sueldos ajustadas por la variación mensual del Índice de Precios al Consumidor (IPC).
¿Qué nos dice este trabajo respecto a los ingresos de los trabajadores chilenos y qué significado tiene para su calidad de vida?
Los últimos datos revelados por el INE respecto al Índice Real de Remuneraciones no tienen un significado alentador para los trabajadores, ya que según el organismo nacional los salarios reales completaron 17 meses consecutivos de caídas.
En un comunicado difundo por su sitio web, el INE apuntó que el Índice Real de Remuneraciones "disminuyó 0,7% interanualmente, acumulando una variación de 1,2% al segundo mes del año".
Sin duda, se trata de una clara señal del efecto que está teniendo la inflación en el poder adquisitivo de las personas.
Por otro lado, el principal ente estadístico nacional también destacó las cifras del Índice Nominal de Remuneraciones, apartado que mide la evolución mensual de las remuneraciones ordinarias, por hora ordinaria, pagadas a los trabajadores contratados en empresas e instituciones. Al respecto, el INE registró en febrero un alza interanual de 11,2%, mientras que el costo de mano de obra tuvo un aumentó de 10,9%.
Al hacer la distinción por sector económico, Industria Manufacturera, Comercio y Actividades Financieras y de Seguros registraron las mayores incidencias anuales positivas en ambos indicadores.
Y aunque el panorama que se avizora ante la luz de estas cifras puede ser un poco pesimista, hay voces expertas que proyectan un porvenir más alentador en materia de remuneraciones.
Tal es el caso del economista Joseph Ramos, académico de la Universidad de Chile, quien manifestó que "dentro de los próximos seis meses, ya los salarios reales estarán creciendo al menos al mismo nivel real, sin pérdidas".
"[Los salarios] se van a equiparar con la inflación y, ojalá, crecer en términos reales. La cosa es ahora recuperar la pérdida", expresó en una entrevista concedida a Pauta.
Asimismo, Ramos detalló que "eventualmente, en los próximos tres meses, con la desaceleración de la inflación, los salarios recuperen lo perdido".
Es evidente que en un escenario como el actual el aumento de bienes y servicios golpea duramente el bolsillo y afecta en gram medida a quienes menor poder adquisitivo tienen.
Esto termina por ampliar las brechas y profundiza las desigualdades; es necesario que los efectos económicos y sociales del embate inflacionarios sean contrarrestados y para ello se necesitan los esfuerzos tanto del sector público como del sector privado.
También es obvio que la coyuntura económica no es ajena a las empresas y en momentos como el que estamos atravesando los empleadores pueden tener dificultades para aumentar los salarios de sus colaboradores.
Sin embargo, desde Desafío 10X siempre hemos incentivado a que todos los que forman parte del mundo empresarial puedan compartir de una manera más justa el valor que crean y así generar un impacto positivo en la vida de los trabajadores.
Actualmente nuestra iniciativa cuenta con más de 2.000 empresas comprometidas con el paradigma salarial que promovemos, lo que se traduce en cerca de 54.000 trabajadores que han sido impactados positivamente en todo el país.
Creemos que es de vital importancia que cada vez sean más las organizaciones que se sumen a esta comunidad de empresas extraordinarias que hemos formado durante los últimos tres años y así poder superar este momento tan complejo pensando en el bienestar y la prosperidad financiera de las personas.
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