Para estar a cargo de equipos de trabajo se necesita tener ciertas capacidades, habilidades y conocimientos que te permitan lograr conectar con cada integrante, además de entender y motivar al equipo completo. Acá te contamos cuáles son las principales habilidades que recomiendan los expertos actualmente.
Ser un buen líder es un desafío para quienes están en dicha posición y se requiere desarrollar habilidades especiales para poder hacerlo bien, como te comentamos en un artículo anterior una de ellas es la inteligencia emocional, pero no es la única que se necesita.
Un equipo de tres expertos comparte, en Harvard Business Review, cuáles son las habilidades que debería tener un buen líder hoy. Aquí te las contamos.
Tiene que ver con la capacidad de comprender y sintonizar con la dinámica emocional de los empleados, es decir, ser receptivo y sensible a las señales emocionales de los trabajadores en distintos momentos como: situaciones de estrés, motivación, frustración o satisfacción.
Un líder con apertura emocional se preocupa de leer el ambiente que hay en su equipo de trabajo. Es capaz de evaluar el estado de ánimo de los trabajadores, de reconocer el panorama emocional del equipo y de reaccionar de manera empática.
Esta habilidad es clave para que el líder pueda saber cómo y cuándo ajustar su comportamiento y estilo de liderazgo ante distintas situaciones y audiencias.
Lo que se busca es maximizar la efectividad de la comunicación considerando factores como las necesidades individuales, las dinámicas de grupo y los objetivos específicos de la interacción.
Advierten en Harvard Business Review que, actualmente para liderar en el trabajo ya no es válido el dicho “trata a las personas como a ti te gustaría que te traten”, lo que se necesita ahora para liderar y poder conectar realmente con el equipo de trabajo, es tratar a las personas como ellas quieren ser tratadas.
Esta habilidad se valora especialmente en tiempos difíciles o inciertos. Un buen líder debe ser capaz de escuchar y mostrar apertura a ideas, opiniones, de adaptarse a los cambios, encontrar soluciones innovadoras y tomar decisiones más equilibradas considerando diversas alternativas.
De hecho, cuando los líderes se muestran dispuestos a escuchar nuevas opiniones, los trabajadores se sienten más seguros de compartir sus ideas. Esto permite que se tomen decisiones más meditadas y con resultados más sólidos.
Se ha estudiado que el poder reduce la empatía y limita el enfoque. Por eso, es común que a medida que los líderes ascienden en la organización, confíen más en sus propias opiniones y no siempre se den el tiempo para escuchar o entender las perspectivas de los demás.
Sin embargo, “para lograr una gestión eficaz, es esencial buscar activamente perspectivas diferentes e integrar nueva información en su enfoque”, mencionan en Harvard Business Review. Hay que estar dispuesto a cuestionar las propias creencias y suposiciones e intentar “meterse en la mente de los demás”.
Desarrollar y poner en práctica esta habilidad es fundamental para tareas como la negociación, la gestión de riesgos, el pensamiento estratégico y la resolución de conflictos.
Tienes que aprender a desafiar el status quo. ¿Cómo?
Tratando de identificar y cuestionar las prácticas obsoletas para explorar nuevas ideas que puedan mejorar los resultados e impulsar el aprendizaje. Aquellos líderes que se atreven a hacerlo tienen más posibilidades de identificar oportunidades únicas, anticipar tendencias y liderar cambios que generen ventajas competitivas sostenibles.
Esta habilidad de liderazgo implica reconocer las propias emociones ante situaciones difíciles o desafiantes. La gracia está en hacerlo y saber regularlas de manera constructiva, evitando que afecten negativamente la toma de decisiones o en la interacción con los demás.
Si logras ser realmente consciente de tus necesidades, límites y pides ayuda cuando es necesario, es una demostración de fortaleza y autocuidado, lo que contribuye a un entorno de trabajo positivo.
Para lograr liderar un equipo de trabajo exitoso, se necesita una combinación de habilidades interpersonales y estratégicas.
La capacidad de conectar con cada miembro, de comprender sus necesidades, escuchar sus ideas y motivarlos, es fundamental para construir un buen equipo, motivado por su trabajo, en sintonía con los objetivos y desafíos de la organización. Además, de contribuir a un buen ambiente laboral.
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